La Licitación es un sistema por el que se adjudica la realización de una obra o un servicio, generalmente de carácter público, a las entidades o empresas que ofrecen las mejores condiciones. Se rige por los principios de: publicidad, concurrencia, transparencia, igualdad y no discriminación
La licitación generalmente es pública y competitiva, y va asociado al término de «licitación pública» o «licitación pública competitiva». La contratación pública puede llevarse a cabo mediante licitación, pero también por otros medios, como la adjudicación directa. El Concurso público se considera sinónimo de licitación, mientras que la subasta pública suele referirse a un proceso en el que se adjudican bienes.
Existe también la licitación restringida, en la que solo se invita a participar a determinadas empresas seleccionadas previamente, mientras que en la licitación tipo pueden participar cualquier empresa, aunque, ya durante el proceso pueden ser descartadas las que no cumplan los requisitos fijados.
Por último, el carácter público de la licitación no quiere decir que solo el sector público pueda emplearla. Es un procedimiento usado también por grandes empresas privadas para contratar a otras entidades.
La Administración Pública es el mayor contratista y trabajar para ella es una gran oportunidad. Las cifras indican que en España se contabiliza entre el 15 – 25% del PIB. Con las licitaciones la Administración intenta cubrir las necesidades que tiene con la máxima trasparencia aplicando las leyes que rigen estos procesos.
La normativa que se utiliza es Real Decreto Legislativo 3/2011, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público (TRLCSP), y Ley 9/2017, de Contratos del Sector Público (LCSP). Entra en vigor el 9 de marzo de 2018. Según su Preámbulo: «lograr una mayor transparencia en la contratación pública».
Algunas novedades consisten en aumentar la competencia y se permite un mayor acceso de las pymes, mayor prevención de la corrupción, recurso especial y control jurisdiccional, reducción de cargas administrativas y simplificación del procedimiento. También se utiliza un procedimiento basado en la innovación, publicidad y perfil del contratante y medios electrónicos. Además con especial contratación pública en los servicios sanitarios, sociales y educativos (formación) dirigidos a las personas.
Para presentarse a una licitación hay que desarrollar 3 sobres de documentación:
1-Sobre Administrativo: Es la carta formal de presentación de la empresa. Hay que mostrar los recursos de que se dispone, la facturación de los últimos años, clientes para los que se ha trabajado, el personal y medios con los que cuenta, etc.
2-Sobre Técnico: En dicho sobre se expondrá detalladamente cómo se van a entregar y ejecutar los servicios demandados.
3-Sobre oferta Económica: Donde se indica en detalle el precio por el que se va a desarrollar el servicio.
En la fase Administrativa hay varios pasos, primero la preparación de las bases, donde el organismo fija el objeto de la licitación, después se realiza la publicación de la convocatoria (anuncio oficial de la licitación), y después la publicación de las bases (pliegos donde se detallan los requisitos, plazos y demás).
Posteriormente se hace presentación de propuestas, apertura de ofertas, con un acto administrativo en el que se muestran todas las ofertas presentadas. Después la resolución, tras la valoración se resuelve adjudicando el contrato a la mejor puntuación, y finaliza con la formalización a través de un contrato se deja constancia de las condiciones pactadas.
En los pliegos de condiciones se suele indicar que las empresas que se presentan deben cumplir las condiciones establecidas, pero el convocante no las puede cambiar durante la licitación (desde la convocatoria hasta la adjudicación) y está obligado a adjudicar el contrato a la empresa ganadora. No puede anular la licitación porque resulte ganadora una entidad que no es de su gusto, o porque no gane la empresa que el convocante habría preferido.
Pero sí se puede anularse una licitación porque ninguna empresas se haya presentado, o ninguno de los candidatos cumpla las condiciones establecidas. En el caso de que ninguna entidad se presente, puede ser debido a que el precio de salida sea muy bajo o las condiciones muy exigentes.
Si un candidato comete un error como entregar los documentos fuera de plazo, se puede quedar fuera del proceso. Pero si un convocante no respeta la normativa en cuanto al mínimo de días entre la difusión de la convocatoria y el fin del plazo de presentación de ofertas, supone que toda la licitación se anule y se obligue a empezar de nuevo.