El gobierno de España ha improvisado un Eje o Palanca dentro de un programa que presentará a Europa con el nombre de “Educación y conocimiento, formación continua y desarrollo de capacidades”, pero sin embargo toda la normativa sobre Formación para el Empleo y gran parte de la financiación de los cursos para ocupados están paralizados desde hace 5 años. La formación continua a lo largo de la vida es fundamental para el desarrollo personal y profesional de los trabajadores, en cualquier etapa se debe disponer de oportunidades de aprendizaje para aumentar sus capacidades y competencias, y más en la coyuntura post-covid.
Por ejemplo, todos los empleados y las empresas deben aprender sobre una competencia clave: Digitalización. En un mundo tan digitalizado, esta competencia resulta innegociable, y por ello la formación debe adaptar sus modelos de negocio a la era digital, ya desde los primeros pasos educativos de los niños, o jóvenes y también los adultos trabajadores. En esta situación se debe recurrir al uso de nuevas tecnologías de la información (TICs) como recurso para solucionar problemas, para ahorrar tiempo, ser más productivo y con procesos más eficientes.
En muchas ocasiones no es suficiente con el autoconocimiento o autoaprendizaje par parte del propio empleado, y por ello es aconsejable un experto en materias específicas que pueda transmitir conocimientos concretos y adaptables a una determinada tarea. Por ejemplo desde marzo de 2020 muchos trabajadores y empresas se han adaptado a la formación online prácticamente de la noche a la mañana, incluido en el propio sector de la formación, donde la vuelta a las clases en esta nueva normalidad, impone ratios menores de alumnos, digitalización obligatoria, uso del control remoto y modelos híbridos de aprendizaje.
En la formación presencial se debe huir de la masificación de las aulas, de profesores con modelos formativos obsoletos, y de la falta de capacitación digital y medios tecnológicos. Es necesario capacitar a los alumnos en las habilidades que demandará el trabajo post-coronavirus, sobre todo en aquellos jóvenes que deberán incorporarse al mercado laboral en una situación de crisis económica como la generada por el Covid. En este periodo se han acelerado muchas tendencias y se han abierto muchas oportunidades como las posibilidades de personalización que permite la formación online, metodologías de aulas virtuales, píldoras formativas, etc.
En los meses anteriores no existía un plan B enfocado hacia una mayor formación de los docentes (especialmente de los centros públicos como colegios, institutos y universidades), y que los recursos digitales hubieran estado ya previstos para que no aumenten la brecha del aprendizaje. Por ello, ahora el futuro de la enseñanza pasa por un modelo híbrido y formación en soft skills, una mejor combinación de la formación presencial y la educación online, con apoyo de aulas virtuales y tecnología que pueda ayudar a individualizar el aprendizaje.
Europa obliga a cambiar el modelo productivo y eso pasa por la digitalización, donde España está muy por detrás en las capacidades de las áreas digitales. Por ejemplo, los licenciados salen de la universidad española con poca preparación práctica, escasas habilidades para acceder al mercado laboral, creándose máster para suplir la falta de eficiencia que hoy tiene la universidad. Es decir, en la actualidad estas instituciones son la mayores fábricas de parados que existen, y por supuesto no certifica al Eje gubernativo de “Educación y conocimiento, formación continua y desarrollo de capacidades”.