La formación bonificada ofrece una excelente oportunidad para que las empresas inviertan en el desarrollo de su capital humano de manera eficiente. Sin embargo, la gestión adecuada de los costes asociados a esta formación puede resultar compleja. En este artículo, explicaremos las claves para optimizar la gestión de costes en la formación bonificada, basándonos en las directrices de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (Fundae).
Apartado de Costes
En primer lugar, es esencial entender los diferentes tipos de costes que pueden ser bonificados:
a) Costes directos: Incluyen los gastos de formadores, equipos y materiales didácticos, alquiler de aulas, seguros de accidentes, y gastos de transporte y manutención de participantes y formadores.
b) Costes indirectos: Abarcan gastos como el personal de apoyo, instalaciones y equipos de apoyo, y gastos generales (luz, agua, etc.). Pero sólo en el caso de Autogestión.
c) Costes de organización: Aplicables cuando se encomienda la organización de la formación a una entidad externa.
d) Costes de personal: Aunque no son bonificables, computan para el cálculo de la cofinanciación privada.
Es importante conocer que los costes indirectos no pueden superar el 10% del coste total de la actividad formativa. Y los costes de organización tienen límites según el tamaño de la empresa: 10% en general, 15% para empresas de 6 a 9 trabajadores, y 20% para empresas de hasta 5 trabajadores.
La correcta justificación de los costes es crucial. Algunos puntos clave a recordar:
– Conservar toda la documentación durante al menos 4 años.
– Asegurarse de que las facturas cumplan con todos los requisitos legales, incluyendo desglose detallado de los servicios prestados.
– En caso de costes prorrateados entre varios grupos, realizar el cálculo basado en las horas de formación de cada grupo.
Cálculo, gestión y justificación
Para maximizar el resultado de la bonificación:
– Calcular correctamente el coste/hora del personal interno implicado en la formación.
– En caso de usar equipos o instalaciones propias, aplicar la amortización adecuada según las tablas oficiales del Impuesto de Sociedades.
– Para formación en teleformación, incluir los costes de los medios de comunicación utilizados.
Respecto a los costes de personal, aunque no son bonificables, estos costes son cruciales para cumplir con la cofinanciación privada requerida. Es importante:
– Calcular correctamente estos costes basándose en la masa salarial.
– Conservar la documentación necesaria (recibos de liquidación de cotizaciones, certificaciones de haberes, etc.).
Cada tipo de coste requiere una justificación específica. Por ejemplo:
– Para formadores externos: detallar la denominación de la acción formativa, fechas, número de horas y participantes.
– Para material didáctico: especificar el detalle del material y número de elementos.
– Para alquileres: incluir la descripción del servicio, período y, en caso de inmuebles, el domicilio.
Aunque no es necesario enviar la documentación a Fundae, es crucial mantenerla organizada y accesible en caso de una auditoría. Esto incluye no solo facturas y justificantes, sino también cálculos detallados de costes prorrateados o amortizaciones.
La gestión eficiente de los costes en la formación bonificada requiere atención al detalle, conocimiento de la normativa y una planificación cuidadosa. Al seguir estas claves, las empresas pueden maximizar el beneficio de la formación bonificada, asegurando no solo el cumplimiento normativo, sino también una inversión óptima en el desarrollo de su capital humano.
Recuerde, la formación no es un gasto, sino una inversión en el futuro de su empresa. Con una gestión adecuada de los costes, esta inversión puede ser aún más rentable, contribuyendo al crecimiento y competitividad de su organización en el largo plazo.