En el sistema de formación, el balance de más de 20 años de desarrollo desprenden como principales valores, la extensión de la cultura de la formación en el ámbito laboral y el aumento en el acceso a la oferta formativa. A pesar de estas ventajas es preciso abordar algunos temas como la deficiente coordinación del conjunto del sistema; la falta de una planificación estratégica de la formación profesional para el empleo; su escasa vinculación con la realidad del tejido productivo, especialmente la formación de demanda dirigida a PYMES; la no disponibilidad de un sistema de información integrado; la falta de la evaluación de su impacto; y una definición poco eficiente del papel de los agentes implicados en el sistema.
En los próximos años se exige transformar esta realidad para mejorar la capacitación de los trabajadores y contribuir a la competitividad de las empresas españolas. Para ello, debemos superar la actual situación de desajuste de cualificaciones en España. Existe la voluntad de transformar el sistema de formación profesional para el empleo, para garantizar objetivos estratégicos que deben prevalecer: garantía del ejercicio del derecho a la formación de los trabajadores, fomentar la formación a la competitividad de las empresas.